viernes, junio 09, 2006

Centenario del descubrimiento del Alzheimer

Té, café, infusiones de plantas chinas, cocteles de anticuerpos y terapias experimentales intentan paliar el Alzheimer, cuya causa y cura siguen siendo desconocidas para los científicos de todo el mundo en 2006, año del primer centenario de su descubrimiento.

Francia se unió esta semana a los esfuerzos internacionales en esta tarea con un libro verde, que recoge las investigaciones sobre la demencia progresiva que ataca a más de 25 millones de personas en todo el mundo.

"Es primordial identificar la causa, pero tenemos la esperanza de bloquear el proceso biológico y curar la enfermedad", dijo Bruno Dubois, presidente del comité científico de la Asociación Francia Alzheimer, editora del volumen.

El Alzheimer es una forma de demencia incurable que genera un paciente cada siete segundos, 60 por ciento de éstos en países desarrollados.

El padecimiento se agrava progresivamente y su síntoma más evidente es una pérdida de memoria que se convierte en un deterioro de la capacidad intelectual y motora, que provocan la muerte.

De acuerdo con la revista británica The Lancet, en 2020 habrá 42 millones de enfermos de Alzheimer en el mundo. En tanto, el número de afectados se cuadruplicará en 2040 en India y China, y se multiplicará por cinco en América Latina, el norte de Africa y Medio Oriente.

Algunas teorías sobre el origen del Alzheimer apuntan a la acumulación de una pequeña proteína que genera la destrucción de neuronas por acumulación de grasa en sus membranas, fenómeno que las ahoga.

Ciertos estudios refieren que la acumulación de la proteína (péptido-beta-amiloide) se debe a la reducción de los niveles de hormonas sexuales en las personas mayores. Por su parte, en un estudio sueco-estadunidense se sostiene que la enfermedad es de origen genético en más de 8 por ciento de casos.

La ausencia de una causa cierta incrementó en años recientes la búsqueda de nuevas terapias y remedios, algunos de probada eficacia y otros más bien insólitos.

Entre estos últimos destaca el consumo de hasta tres tazas de café cada día, sugerido por científifos noruegos. El argumento es que los antioxidantes pueden ser un factor de protección de numerosas enfermedades.

En cambio, para un grupo de especialistas británicos, la panacea del Alzheimer sería el consumo de hasta 10 tazas diarias de té verde o negro, pues, aseguran, la popular infusión inglesa obstruye la actividad de ciertas enzimas en el cerebro.

En un terreno más científico, destaca la terapia anti-Tan (para inhibir la función de enzimas) y otra basada en un coctel de anticuerpos de inmunoglobulina intravenosa. Hasta aquí ha llegado la ciencia para encontrar una vacuna, cuyos primeros resultados se conocerían en 2010.

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