lunes, junio 26, 2006

El cerebro y el EVC


Son pocas las personas que tienen la brillante idea de empezar por saber cómo anda su cerebro, el encargado de que el cuerpo humano trabaje las 24 horas del día. Este centro neurálgico del organismo es muy resistente, pero también delicado.

Desde luego que no se trata de ponerlo a descansar por completo o hacerle una operación preventiva, sino de ayudarle a conservarse en buen estado, pues los científicos indican que los cambios en el estilo de vida y los hábitos alimentarios, que llevan a la gente a consumir comidas con un alto contenido en grasas saturadas y sal, son una amenaza para la salud en general, y claro, del cerebro.

Un estudio mundial indica que se ha registrado un aumento del tabaquismo y alcoholismo, que eleva el número de casos de padecimientos crónico-degenerativos como son las Enfermedades Vasculares Cerebrales (EVC), campo en el cual caen la embolia y el derrame cerebral, llamados también infartos cerebrales.

Llama la atención sobre que no se trata de una amenaza fantasma, sino de una amarga realidad, pues a escala mundial estas enfermedades son la tercera causa de muerte, la primera generadora de incapacidad en adultos y la segunda razón de demencia.

Para que no haya lugar a dudas sobre el peligro de las EVC, los neurólogos dejan en claro que de las 15 millones de personas que cada año sufren de un infarto cerebral, 5 millones mueren y otros tantos millones quedan permanentemente discapacitados. En México, los infartos cerebrales representan la quinta causa de muerte, aunque son la primera de hospitalización por motivos neurológicos, señala la prueba.

Cuando se sufre de entumecimiento o parálisis de la cara, brazo o pierna, se tiene visión borrosa, mareos o caídas sin explicación aparente, incapacidad repentina para hablar o entender o se padece un dolor de cabeza intenso y sin razón, es hora de acudir al especialista.

Para la amenaza se formó la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral (Amevasc), que junto con el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez tiene en marcha una estrategia para informar sobre estos padecimientos, sus síntomas y tratamientos.

De acuerdo con el estudio, un ataque de EVC es más común en personas mayores de 65 años, pero es posible que se dé a cualquier edad y en cualquier momento. La población en general debe aprender a reconocer tanto los factores de riesgo como las señales de alarma, y llevar a cabo cambios simples en su estilo de vida.

La Asociación dice que lo primero es saber qué es la EVC y cómo reconocerla: es la alteración del flujo sanguíneo que provoca que el cerebro deje de recibir el oxígeno y nutrientes necesarios, ocasionando que una parte de éste muera luego de pocos minutos.

El estudio indica que el tipo de infarto más común (83%) es el isquémico o embolia, que puede presentarse transitoria o permanentemente. El resto de los casos (17%) se presenta como hemorragia (derrame cerebral) y tiene un índice de supervivencia muy bajo.

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