domingo, junio 04, 2006

Influencia de la publicidad de medicamentos

El gasto en productos farmacéuticos viene creciendo de forma notable en todo el mundo y se estima que es una tendencia que va en aumento. La publicidad se dirige, cada vez más, a la incitación del consumo de drogas de venta libre; generando expectativas poco realistas sobre los beneficios de la medicación y una demanda inapropiada de ésta. Un problema difícil de abordar y solucionar.

Un mal para la población
Según la enciclopedia publicidad es una forma de comunicación que pretende dar a conocer o estimular el deseo de compra de un producto. Para ello recurre a técnicas sociológicas y psicológicas, que permiten organizar la campaña publicitaria en función de las necesidades del consumidor, así como atraer su atención sobre los aspectos más atractivos del producto.

Es así que la publicidad directa al consumidor implica importantes intereses económicos a nivel mundial. Y esto no está exento de una industria ligada a la salud tan grande como la farmacéutica. El gasto en productos farmacéuticos viene creciendo de forma notable en todo el mundo y se estima que esta tendencia va en aumento. La publicidad se dirige, cada vez más, a la incitación/inducción del consumo de drogas de venta libre, y aún de otras de venta bajo receta. El objetivo final del mercado de medicamentos es hoy el consumidor. A nivel mundial el gasto en salud crece más rápido que la inflación, los salarios y el PBI per cápita; y los medicamentos influyen mucho en el crecimiento.

El gasto en productos farmacéuticos se triplicará en Estados Unidos en el período 200l-2011 y alcanzará los 414.000 millones de dólares. En Canadá, los medicamentos representan 15,2% del presupuesto en salud, una situación similar que tienen Japón y varios países de Europa.

En muchos casos, algunas campañas de información son una forma encubierta de publicidad para estimular el consumo de un medicamento o grupo de medicamentos (por ej. “la semana de la osteoporosis”, “de la próstata” u otras patologías que aunque resultan importantes para el individuo, no son de prioridad sanitaria). Esto hace creer que cierta dolencia puede ser resuelta de forma mágica con una pastilla, desplazando otros tratamientos más adecuados.

Debe estar bien presente que el objetivo de la publicidad es vender. La información al paciente y sus necesidades difícilmente pueda ser compatible con los intereses de la industria. La publicidad genera expectativas poco realistas sobre los beneficios de la medicación y una demanda inapropiada de nuevos medicamentos, no siempre mejores y en la mayoría de los casos, de dudosa seguridad.

Esto ha llevado a que el rubro farmacéutico ocupe los horarios centrales de la televisión utilizando a personajes destacados de la farándula para recomendar antitusivos, analgésicos o antiácidos, logrando de esta manera estimular un consumo desmedido e inadecuado de fármacos.

Es interesante destacar que en muchos países se encuentra vedada la publicidad de medicamentos directa al consumidor. En Argentina, por ejemplo, hace pocos años se abrió esta posibilidad a medicamentos de venta libre, bajo el argumento de que es un derecho de los ciudadanos contar con información sobre los productos que pueden elegir. En los EE.UU. se encuentra permitida la publicidad de medicamentos que sólo se venden bajo receta e incluso de los psicofármacos.

Para resumir, lo que las personas necesitan es una mayor y mejor información sobre los medicamentos. Pero, dicha información no debe ser dada por las compañías farmacéuticas, ya que esto aumentará la popularidad de ciertas marcas en vez de aportar la información esencial sobre las diversas opciones de tratamiento.

Se debe evitar caer en la medicina basada en estudios de marketing y preservar la medicina basada en la evidencia científica, permitiendo así que la población general tenga acceso a la información precisa, con el objetivo de poder tomar las mejores decisiones sobre su salud.

Por lo tanto, es imprescindible hacer un control publicitario, siendo sus metas: lograr la regulación de la promoción publicitaria farmacéutica, con un marketing ético y de calidad. Y como segunda medida salvaguardar y proteger la salud de la población, contrarrestando la influencia ejercida por la publicidad de medicamentos. Educar a los consumidores a través de una información objetiva, veraz e integral, promoviendo y contribuyendo al uso racional de dicho medicamento.

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